El Derecho del Mercader


PorPedro Duarte- Postado em 10 outubro 2012

 

Fuera de la importante función social que las instituciones financieras desempeñan en la actualidad, para muchos, sus actividades siguen siendo objeto de desconfianza y desaprobación moral. ¿Qué mueve a estas organizaciones? ¿Es la codicia el único móvil del mundo financiero. . . y de los negocios en general?

 

El otro día presencié admirado, gracias a un reportaje de la televisión estadounidense, al motivador de moda entre las `víctimas` del sistema financiero de ese país. No recuerdo su nombre, pero el tema era el siguiente: una Norteamérica cansada de los abusos de las codiciosas entidades financieras, de sus Tarjetas de Crédito, de las Hipotecas, de los intereses, finalmente se rebela ante la inmoralidad de unos pocos, y procede a `romper las cadenas`.

 

En el acto público, se aprestan todos los asistentes al anfiteatro (miles quizá) a emular al motivador, que con una filuda tijera corta por la mitad los coloridos plásticos de Visa, Mastercard, American Express, Diners (Saga CMR, Ripley Financor, Jockey Plaza, Wong, en versión nacional). Exclamaba `No more!`, `Use cash!` ( `¡No más!`, `¡Basta ya de vivir al crédito!`, `¡Utilicen efectivo!`).

 

Shakespeare, en `El Mercader de Venecia`, nos presenta al usurero Shylock, judío odiado. En la línea argumental de la obra, Basanio le pide al rico comerciante Antonio dinero para desposar a Portia. Como los bienes de Antonio se hayan en altamar, éste se dirige al judío Shylock y le exige una suma importante de dinero (1)

 

Antonio no tiene miedo, está convencido de que su fortuna está a salvo y en camino. Es así que acepta firmar un contrato que estipula que si a los tres meses no ha saldado la deuda, deberá pagar con una `libra de su carne`, es decir, con su vida.

 

Para su mala suerte, los navíos de Antonio naufragan, y Shylock se empecina en que aquél le pague según el contrato. Luego, Shylock rechaza el dinero (veinte veces el monto de lo que se le debe). Es tildado de avaro, codicioso. . . inmoral.

 

Finalmente, Shylock demanda judicialmente a Antonio, y en un vuelco inusitado, pasa a ser acusado de atentar contra la vida de Antonio. Shylock es vencido, humillado y sentenciado a perder su fortuna y convertirse al cristianismo .

 

Shylock, el personaje egoísta de la historia, puede ser visto, por otra parte, como un hombre de fe en el Derecho, como un creyente de la observancia de las normas. Es una constante en la historia del derecho la búsqueda de la realización del valor justicia: en este caso, Shylock fue despojado de su derecho a la justicia en un sistema legal adverso y dominado por cristianos.

 

¿Es la ética y sus reglas la indicada para cuestionar y solucionar todos los llamados `excesos del sistema`? Queda la interrogante de si más bien, podríamos encontrar la respuesta para algunos casos en el campo de lo exclusivamente jurídico.

 

 

 

(1) La misma que según los conocedores, ascendería a la suma de veinte mil euros actuales.