Maltrato en niños con discapacidades


Porjeanmattos- Postado em 26 outubro 2012

Autores: 
AMMERMAN, R e outros

INTRODUCCIÓN:



El abordaje clínico y las investigaciones dedicadas al maltrato infantil son recientes. A partir del Síndrome del niño apaleado introducido por Kempe en 1962, un gran número de investigaciones se han detenido en la etiología, consecuencias, prevención y tratamiento de los niños maltratados. En 1984 la American Humane Association señala que cerca de 1.300.000 de niños han sido detectados como maltratados.

Parte de las investigaciones han registrado el deterioro psicosocial consecuencia del abuso y la negligencia. Algunos han señalado la ruptura en el vínculo madre - hijo (Egeland y Sroufe, 1981); el desajuste social (George y Mean, 1979); aumento de la agresión y los problemas de conducta (Perry y otros, 1983); pobres relaciones sociales (Bousha y Twentyman, 1984); baja autoestima (Kazdin y otros, 1985) y ansiedad (Green, 1978). A largo plazo, los efectos de los malos tratos llevan al desajuste en las relaciones interpersonales en la vida adulta (Browne y Finkelhor, 1985) y al aumento del riesgo de abuso con sus propios hijos (Jenkins, 1970).

Otras investigaciones han mostrado como ciertos niños pueden transformarse en violentos con sus pares. (Frodi, 1981; Lissovoy, 1979).



Una hipótesis importante a tener en cuenta es que se puede predecir que los niños con discapacidades presentan alto riesgo de sufrir maltrato y abandono (Glaser y Bentovim, 1979; Morgan, 1987). Las investigaciones al respecto, arrojan una cifra por debajo de lo que ocurre realmente, sin embargo debemos señalar que en estos niños se encuentran presentes muchos de los factores de riesgo para el maltrato infantil - separación prolongada de la madre, cuidados especiales...) - sobre todo en los que presentan múltiples discapacidades.



Pocos estudios han examinado directamente la incidencia y los efectos del abuso y la negligencia en la población. El relevamiento de la literatura al respecto presenta tres aspectos: 



1. Estudios sobre los factores de riesgo asociados con el maltrato y su relación con las discapacidades en los niños; 2. Investigaciones sobre el abuso y la negligencia con poblaciones específicas de niños discapacitados y, 3. Estrategias metodológicas y recomendaciones para futuras investigaciones.





1. FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS CON EL MALTRATO:



Las recientes conceptualizaciones acerca de la etiología del maltrato se han basado en los modelos de interacción, que plantean la interrelación entre los factores individuales y situacionales. (Belsky, 1980).

Así vemos que ciertas características de los niños y determinadas actitudes de los mismos, son precipitantes del abuso, aumentando la influencia de otros factores presentes en la familia como, pobreza, pobre repertorio de habilidades, padres con historia de malos tratos...)

Se han realizado investigaciones comparativas entre poblaciones de niños normales y con discapacidades y los factores de riesgo se encuentran más acentuados en los niños con problemas.

Los factores de riesgo implicados en el maltrato durante la infancia son la prematurez, bajo peso al nacer, y complicaciones médicas. Ellos contribuyen al maltrato por dos vías: 1. La separación frecuente entre la madre y el niño produce una ruptura en la formación del vínculo temprano y el apego, y consecuentemente aparece la indiferencia y retracción materna y 2. Estos niños presentan dificultades en los cuidados, son irritables y poco responsivos que otros niños.

Investigaciones restrospectivas han demostrado la alta incidencia de los nacimientos prematuros en el abuso infantil. (23% según Klein y Stern, 1971; Klaus y Kendell, 1970).



Otras investigaciones han documentado la frecuente separación entre la madre y el niño en el primer año de vida, comparando niños abusados y sus hermanos, (Lynch, 1977), observando una mayor separación en aquellos niños con problemas.



La relación entre prematurez, bajo peso al nacer, complicaciones médicas y abuso ha sido cuestionada. Egeland y otros (1981) llevó a cabo un estudio longitudinal con 267 familias de alto riesgo, empleando una amplia gama de instrumentos de medición sobre cuidado infantil, desarrollo emocional y cognitivo y, psicopatología infantil. En su estudio prospectivo no encontró diferencias entre las familias abusivas y no abusivas en relación al nacimiento prematuro o los cuidados médicos especiales. Sin embargo la separación temprana resulta ser relevante en los niños con discapacidades. Algunos nacimientos de niños con discapacidades requieren cuidados médicos especiales y largas internaciones con las consecuentes separaciones de sus madres, - Espina bífida, hidrocefalia...-. 



A. Ruptura del apego / vínculo: el proceso a través del cual la separación temprana entre madre - hijo influye en el maltrato no ha sido suficientemente estudiado, sin embargo existen suficientes elementos para considerar el efecto negativo en la formación del vínculo temprano (Klaus y Kendell, 1970). El apego inseguro produce consecuencias negativas como desajuste emocional y problemas en el desarrollo cognitivo. Ainswort (1980), ha planteado que el apego inseguro contribuye a la etiología del maltrato.



La asociación entre el apego inseguro y el maltrato y/o la negligencia cobra vital importancia en los niños con discapacidades. Los factores que pueden contribuir al desarrollo de un apego inseguro en los niños con discapacidades incluye: 1. El shock inicial y la falta de experiencia en problemas de discapacidad de los padres; 2. Depresión materna como causa del nacimiento con tales características; 3. Retracción materna y actitud hostil hacia el niño; 4. Déficit en las conductas del niño con discapacidades que impiden un adecuado ajuste y, 5. Presencia de inadecuadas expectativas respecto a los logros y al desarrollo del niño.



Veamos a cada una:



1. Las investigaciones realizadas muestran que la inicial actitud de los padres ante el nacimiento de un niño con discapacidad es negativa, posteriormente una adaptación adecuada dependerá sobre todo de un adecuado soporte social y de una relación marital satisfactoria. (Emde y Brown, 1978).

2. Un alto número de casos clínicos muestran que las madres que han tenido niños con discapacidades manifiestan depresión y soledad; también se observó aislamiento, sobre todo en las que habían tenido niños con síndrome de Down's. Falta desarrollar seguimientos para evaluar el impacto en el posterior desarrollo vincular, el tiempo de depresión y otras características. (Emde y Brown, 1978).

3. El impacto de la actitud hostil de los padres sin experiencia no ha sido suficientemente estudiado, sin embargo varios estudios señalan el mayor número de problemas en los embarazos no planificados o esperados - 72% de los niños abusados habían sido concebidos prematrimonialmente -, Johnson y Morse, 1968).

4. Algunas investigaciones han estudiado directamente el apego madre - hijo en las poblaciones con discapacidades. Se ha observado fracaso en el desarrollo cognitivo y emocional, muchas madres plantean problemas en sus hijos como hipo o hipertonicidad, pocas sonrisas, y escasas vocalizaciones. Esto se ha observado en las madres de niños con síndrome de Down's y con malformaciones ortopédicas y faciales, en estos casos las madres suelen interpretar estos síntomas como desinterés del niño. Los niños tienen limitaciones en la comunicación y son poco responsivos, las madres a su vez tienden a asimilarse en la poca respuesta o iniciación de comunicación, produciendo problemas básicos en el apego temprano. Esto se agrava en los casos de múltiples discapacidades.

5. Un factor importante que puede contribuir al maltrato es el planteo de expectativas no realistas e inadecuadas respecto al desarrollo del niño, en muchos casos suponen que será posible la superación de tales incapacidades con el tiempo y les cuesta asumir sus limitaciones. En otros se renuncia a esperar cambios y se estimula pobremente al niño. La frustración contribuye al maltrato y abandono. 



b. Estrés: la relación entre el estrés creciente de los padres y el maltrato ha sido demostrada en varias investigaciones. En el abuso físico y la negligencia influyen una serie de factores productores de estrés como nivel socioeconómico bajo, desempleo, aislamiento social y familia monoparental. El estrés es mayor en las familias con niños discapaces. Estos requieren cuidados especiales y mayor tiempo, mayor supervisión y cuidados médicos en el domicilio, frecuentes visitas hospitalarias y dinero para hacer frente a los cuidados y traslados. Influyen también otro conjunto de factores como problemas de pareja, aislamiento, fatiga, el poco dormir.

El estrés produce un fuerte impacto en el cuidado de los niños con discapacidades. Muchos de estos niños tienen actitudes perturbadoras que producen rechazo en sus padres y dificultades para controlarlos. Las respuestas desadaptadas incluyen agresión, sobrestimulación, e inapropiadas verbalizaciones y tonos de voz. Esto puede mejorarse con adecuados programas para padres. El alto nivel de estrés y la irritabilidad son factores conducentes al abuso.(Kadushin y Martin, 1981).



C. Vulnerabilidad: los niños más vulnerables son más propensos a ser maltratados y esto se observa especialmente en los que presentan problemas como los que tienen algún/ os tipos de discapacidades. Estos niños son menos responsivos, y pueden defenderse menos. En muchos casos estos niños no pueden por sus dificultades reportar las situaciones de malos tratos.



En síntesis, se deben tomar en cuenta ciertos aspectos como prematurez, temprana separación, anomalías físicas y maltrato, esto se acentúa especialmente en el caso de los niños con dificultades.





2. INCIDENCIA DEL MALTRATO EN LOS NIÑOS CON DISCAPACIDADES:



Muchos estudios han señalado la relación entre discapacidad y abuso o negligencia. Jonhson y Morse (1968) señalan que el 70% de 100 niños maltratados estudiados presentaban déficit físico o mental. Gil (1970), en un estudio de 12000 niños, detecta un 22% de discapacitados maltratados.



Un primer problema para arribar a conclusiones adecuadas se refiere a la multiplicidad de criterios y definiciones de discapacidad. Otro grave problema es la posibilidad de reconocer el maltrato en los niños con discapacidades, muchos de estos niños no pueden expresar la ocurrencia de episodios de abuso físico o sexual. (Morgan, 1987). También contribuye a esta dificultad el hecho que muchos golpes o hematomas se deban a las propias dificultades de los niños en sus movimientos y no a situaciones de malos tratos. Esto lleva a suponer una subdetección de situaciones de maltrato.



Calcular el número de casos de niños discapaces maltratados dentro de la población de maltratados es una manera indirecta de acceder al problema. Diamont y Jaudes (1983) examinaron 86 niños entre 6 y 18 meses, detectando un 9% maltratados después de haber sido diagnosticado daño cerebral.



Ammerman y otros (1987), investigaron la incidencia y características del maltrato en niños con múltiples discapacidades hospitalizados. Las discapacidades eran diversas, problemas auditivos, visuales, espina bífida, atraso mental, daño cerebral. Se consideró que se trataba de niños de alto riesgo para el abuso y la negligencia. El análisis retrospectivo indicó que el 39% presentaba indicios de haber sufrido o estar sufriendo malos tratos. El maltrato físico era el más común - 69% -, negligencia - 45% - y abuso sexual - 36% -. El 66% de los casos de abuso sexual eran graves, ya que implicaban penetración y en el 40% de los casos había varios perpetradores. En el 52% de los casos se observaba la presencia de más de un tipo de maltrato.





3. PERSPECTIVAS:



Los estudios mencionados indican la situación de alto riesgo en que se encuentran los niños con discapacidades. Indudablemente resulta imprescindible el ajuste metodológico que permita arribar a resultados precisos. Algunos de los problemas metodológicos más importantes se refieren a) diferentes definiciones operacionales del maltrato, b) estrategias metodológicas diferentes y, c) la inclusión de poblaciones con discapacidades heterogéneas.



Por otra parte el diagnóstico se complica en los casos de múltiples discapacidades.

Otro problema grave resulta de los estudios retrospectivos que no permiten determinar si la discapacidad es causa o consecuencia de los malos tratos. Se necesita también, abordar el problema de los adolescentes con discapacidades para compararlos con la población adolescente normal.



En cuanto a los factores de riesgo presentes en las situaciones de maltrato, sería adecuado diferenciar entre maltratadores y no maltratadores por un lado y con o sin discapacidades por el otro, a fin de determinar si en las familias maltratadoras de niños con discapacidades no se encuentran presentes otros factores de riesgo externos a la misma, como los sociales.



Otra área fundamental para investigar es la de las consecuencias físicas y psicosociales del maltrato en los niños con discapacidades, como los problemas de desajuste emocional y social.



Una de las formas de maltrato que debe analizarse especialmente es la negligencia, ya que implica el no cumplimiento de los cuidados médicos, tratamientos y ejercicios necesarios para el niño. 



Metodologicamente, resulta imprescindible la comparación entre grupos homogéneos de discapacidades, que tengan en cuenta la forma, la severidad, las complicaciones médicas, el curso - estable o degenerativo - y la edad. Debemos tener en cuenta que la mayoría de los estudios utilizan grupos heterogéneos dificultando las comparaciones.



Por último, se debe considerar que el fenómeno del maltrato es complejo y son múltiples los factores que intervienen en el mismo.



(Traducción: Dra. María Inés Bringiotti - Para uso docente exclusivo.)

 

 

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